Con el auspicio de

Con el auspicio de
Fundado en el año 2000. Auspiciado por L´Institute du Champ Freudien y el Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de París VIII.

viernes, 11 de junio de 2010

La traición de la tradición

Traición es renegar con dichos o acciones (sean estas voluntarias o involuntarias), un compromiso de lealtad hacia una idea, asociación, o grupo de pertenencia.

Familiarmente, la traición consiste en defraudar a familia, amigos, grupo étnico, religión, u otro grupo al cual pueda pertenecerse, haciendo contrariamente a los que los otros esperan.

Las tradiciones son como el agua que nos permite nadar por la vida como quien no hace nada, sin tener que inventar cada vez una manera de celebrar los grandes momentos de nuestra vida.

“…En el colegio primario descubrí los primeros brotes de una violencia que nunca dejé de odiar. Esa sistemática humillación de todo lo que fuera débil o sensible, que unía en una sola horda a grupos, grados, colegios enteros, contra los gordos o raquíticos, los petisos o delicados, me aterro siempre. De alguna manera, esa imagen se identifico para mi con la de una generación entera, a la que nunca pude perdonar su incapacidad para comprender lo que no se le parece…” Manuel Puig

Estos textos intentan un contrapunto para emprender el recorrido del primer libro de Manuel Puig “La traición de Rita Hayworth” la historia de una familia de clase media de un pueblo de La Pampa en los años cuarenta, dónde Toto, su protagonista, es un niño al igual que Manuel Puig en su infancia, que ante la ausencia de todo paisaje, ante la chatura y la tradición de su pueblo intentan en el cine una traición que los salve, que de ese llano pampeano aflore la imaginación que los ilumine, las diferentes ficciones, las del cine y las inventadas, que permitan proyectar las fantasías singulares.

Rita Hayworth traiciona, es bella, es la más bella para Baldo el padre de Toto, y la más traicionera “…cara linda y traicionera…” cono si la belleza pudiera ser de otra manera, pudiera tener otra cara, cómo dice Lacan en el Seminario 7 cuando habla de lo bello en su función singular con respecto al deseo, contrariamente al bien y en ese sentido no nos engaña, nos despierta, y en su otra cara acomodaticia en el deseo en tanto ligada a él en cierta estructura de engaños.

La novela de Puig tiene estas dos caras, en cuanto Manuel, el artista sabe dar bella forma al deseo o deseos prohibidos de ese niño y la gente de ese pueblo, las mujeres que desean amor, sexo, romance, ávidas de entregas de folletines en papel o en cualquier forastero que se presente diferente e intrigante, por que viene “del otro lado” de esa pantalla, cine o geografía, que es un limite que abre al deseo. Pero también muestra la cara pérfida de Rita Hayworth que de la ensoñación de la bondad y las fantasías con finales felices pasa a la cruda realidad, el último velo que se descorre también es el más ensordecedor, los monólogos parecen intentos desaforados de colmar el silencio, de ahuyentar la muerte tan presente, de escapar del polvo seco que todo lo vuelve igual a los colores de las palabras.

Freud cita a Kant “la imaginación crea inclinaciones desacordes con la naturaleza” lo que hace Manuel en su libro, la naturaleza está perdida, ha sido traicionada, a él y a Toto le quedan los castillos en el aire, las ficciones que no solo inventan otro presente sino que buscan corregir un pasado. Manuel vuelve a General Villegas en el Toto de Coronel Vallejos y como dice Piglia “ficcionaliza lo testimonial y borra sus huellas”. La tradición, el pueblo con sus ritos, ceremonias, falsa moral ha sido traicionado por alguien que fue a su vez protagonista del dolor de ser diferente, con esa diferencia Manuel inventa otra historia, como lo hace hacer a Toto al cambiar las películas, al decir las propias suyas, el cine es un recurso, para ambos de “pantallar” las tradiciones e historias familiares.

En el interés para la ciencia del arte Freud nos habla de las creaciones artísticas como “el reino intermedio entre la realidad que deniega los deseos y el mundo de fantasía que los cumple, un ámbito en el cual, por así decir, han permanecido en vigor los afanes de omnipotencia de la humanidad primitiva” Esto está presente en la novela, presente en su manera más pura, es una fantasía del autor donde el personaje fantasea a la vez ¿Qué pasa con la omnipotencia ahí? ¿Es un recurso que salva y condena que sólo no es posible? ¿Salvo que Toto se hiciera escritor?

Toto, Manuel se han retirado de la realidad efectiva, de Vallejos, de Villegas, al ámbito de la fantasía pero Manuel de la mano de Toto puede volver a la realidad fáctica, Toto es el hilo de Ariadna que Manuel encuentra para ocupar su lugar en el mundo, es escritor, y en sus obras artísticas el pasado es un trampolín que le da un nombre donde relanzar sus humillaciones infantiles y pueblerinas en una obra literaria que al acercarse a la historia y las anécdotas se aleja para volverse otra, otra película sobre la misma historia, una remake que nunca será original, una traición a la primera versión, que desde una posición política sin panfleto le permite vengarse de la incapacidad de aquellos que no comprenden lo que no se les parece, entre ellos, su padre, figura central en la vida de Manuel y de Toto, preocupado en sus negocios, sus cálculos y sus propias traiciones.

Es como si Manuel supiera, intuyera que la belleza de su obra es la única manera de hacer su confesión, de autoliberarse a través de esta vestimenta, de este adorno de oro, de “duelar” su historia, sabiendo también lo que se esconde allí mismo, lo real que se avista en la trama de la tela, lo que no puede ser dicho sino en el recorrido del tejido de palabras que mantienen la mujer araña dormida.



Lic. Karina Inés Castro
(ICBA - Buenos Aires)