Con el auspicio de

Con el auspicio de
Fundado en el año 2000. Auspiciado por L´Institute du Champ Freudien y el Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de París VIII.

viernes, 23 de mayo de 2014

Reseña Jornada de Apertura Seminario Anual 2014 "La transferencia en la dirección de la cura"



El día viernes 9 de mayo se realizó la clase inaugural del seminario anual ciclo 2014 “La transferencia en la dirección de la cura” a cargo del docente invitado Esteban Klainer (E.O.L.) interlocutor del IOM2, con la coordinación de la colega local Luciana Varela.
El invitado inició su exposición con la “confesión” de haber “preparado la clase con un orden lógico” pero desiste de tal preparación por cuestiones de contingencias y por los efectos subjetivos de haber estado presente recientemente en el Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis en París. De esta manera se dirige en primera persona refiendo que al hablar con algo preparado se lo hace en tercera persona, efecto que también cree que se encuentra en “La dirección de la cura y los principios de su poder” ya que el tema de todo el escrito de Lacan es sobre la acción analítica, con particular acento en términos de la acción. Señala como cuestión fundamental del texto de Lacan aquello que se puede extraer como actual siendo ese texto del año `58. Respecto al contexto de la escritura se trata de un momento particular porque se ubica en un momento en que Lacan se separa de la Sociedad Psicoanalítica de París que era la institución que formaba parte de la IPA. Se crea así la Sociedad Francesa de Psicoanálisis mediante la organización de un coloquio internacional con la firme intención de lograr la inscripción dentro de la IPA. Es en esta circunstancia que Lacan se presenta frente a la comunidad analítica internacional para cuestionar radicalmente, con este texto, todo lo que era el psicoanálisis hasta ese momento y centrándose, no tanto en hablar de los analizantes, sino en hablar del analista.
Lo que ubica como sin referencia a lo actual tiene que ver con toda la crítica rigurosa a las corrientes del yo autónomo, a la reeducación emocional, la contratransferencia, ya que hoy no nos encontramos en esa situación ni en relación a esas corrientes. Pero refiere como algo absolutamente actual cuando Lacan en ese contexto, y dirigiéndose a la acción del psicoanalista, dice (cita textual página 566): “pretendemos mostrar en qué la impotencia para sostener auténticamente una praxis se reduce, como es corriente en la historia de los hombres, al ejercicio de un poder”. Con esta cita señala que todo el argumento del texto está en lo siguiente: todas esas corrientes, en la impotencia de sostener auténticamente una práctica, se deslizan al ejercicio de un poder. Este punto es de actualidad y se pregunta: ¿quién puede decir que no se encuentra con la impotencia de sostener auténticamente su práctica en ningún momento, y más en la clínica actual en que nos encontramos con que recibimos demandas de sujetos que no está del todo claro que tengan un interés en entrar en un análisis, descifrar sus síntomas o tener una apertura del inconsciente, sino más bien casos en los cuales no nos queda muy claro que no se trate de psicosis, en que lo viene son gravedades sintomáticas importantísimas, crisis de angustia terribles, y todo el tiempo nos encontramos en un clima de impotencia en el qué hacer? De esta manera, y dirigiéndose al auditorio en primera persona, desarrolla la clase transmitiendo los encuentros con esas impotencias en su práctica clínica pero también en tanto analizante. En este sentido relata, a partir del trabajo en análisis de un sueño de repetición infantil y otro de la adultez que le hace eco, lo traumático y la respuesta al trauma. Esta respuesta sintomática y su articulación fantasmática, según refiere ha tenido consecuencias en el punto de la impotencia de sostener la autenticidad en la práctica analítica. Frente a esa impotencia el analista no sabe cómo, sin darse cuenta, se encuentra dando directivas a los pacientes. Por eso en el texto, Lacan va dando señales de cómo reorientar la cuestión para salir de esa impotencia que conduce al ejercicio de un poder, ya que ese ejercicio no es el análisis. Ahí Lacan da una única directiva para transmitir al paciente. Se trata de la comunicación de la regla fundamental del análisis ubicado como un momento sumamente importante en la dirección de la cura, incluso con su carácter paradojal en tanto, al tratarse de palabras, introduce una equivocidad. Aparece entonces la diferencia con las terapias conductuales y su sostén en la instrucción. Sin embargo, aclara, es aquello de lo cual los analistas no estamos exentos cuando nos encontramos con la impotencia y en esto el control (supervisión) de la práctica se hace imprescindible. Entonces, para reorientar la práctica, Lacan plantea en el texto las dos trilogías muy conocidas: por un lado, y poniendo al analista en el banquillo de los acusado, lo que éste paga: con sus palabras en la interpretación, con su persona en la transferencia y, lo más enigmático, el pago con su juicio íntimo. La otra trilogía que se articula es la táctica, la estrategia y la política; términos que no vienen del psicoanálisis sino más bien de teorías de la guerra. Sería la táctica en la interpretación, la estrategia en la transferencia y la cuestión difícil de cual puede ser la política del psicoanálisis, donde se puede ubicar la política del fin de análisis como horizonte. En esta trilogía también se puede ubicar el desliz al ejercicio de un poder. En cuanto a la interpretación, al nivel de la táctica, dice que el analista es libre por eso no se encuentra tanto el deslizamiento al ejercicio de un poder sino quizá a un analista que diga cualquier cosa como interpretación sin que esté sostenida por una estrategia o una política. Lo crucial se juega en la estrategia de la transferencia propiamente analítica en términos del desdoblamiento que implica para el analista y cómo la estrategia a sostener es ese desdoblamiento. En esto Lacan dice que el analista paga con su persona porque se tiene que desdoblar en su persona y en un otro lugar desde donde podrá escuchar e interpretar. O sea un desdoblamiento que permita no identificarse a la persona a la cual el analizante se dirige y que al mismo tiempo el cuerpo en presencia hace soporte. El tercer punto más complicado es el de la política del psicoanálisis y la cuestión del pago con el juicio íntimo. Se plantea la cuestión de que el juicio íntimo sólo es tal en tanto es sin ninguna garantía, en una absoluta soledad. Este es claramente el lugar donde se juega verdaderamente el acto analítico, lugar sin otro donde se puede ubicar la necesidad del control de la posición del analista y su acto pero después del acto. Relata, para transmitir esta cuestión, una viñeta clínica que muestra los efectos del acto analítico y su autenticidad ubicados en las coordenadas de lo trabajado en el análisis respecto de lo sintomático del analista. Entonces lo que Lacan nombra como pagar con el juicio íntimo va al punto que más adelante en su enseñanza será trabajado como el acto analítico. Punto mismo de falla de la estructura, de la ubicación de algún real que, en términos de la dirección de la cura, es apuntar al corazón del ser del analizante. Cita a Miller y su conferencia “Un real para el siglo XXI” donde dice que quizá haya que reformular algo de lo que es el deseo del analista que, en tanto impuro al decir de Lacan, es un deseo de alcanzar en el otro su real y separarlo absolutamente del sentido. Se trata de sostener y atrapar un real de cada quien a la manera de lo que se transmite en los testimonios de pase respecto del encuentro con un real propio. A manera ilustrativa, se hace referencia al documental “Una cita con Lacan” en relación al testimonio de Susanne Hommel. Finalmente ubica en el apartado dos del escrito la articulación entre interpretación y transferencia. Lo que plantea es cómo introducir una lógica en la dirección de la cura y que para esto hace falta una interpretación que instale la transferencia. Una interpretación que produzca la rectificación subjetiva, que arme el dispositivo analítico y la transferencia en términos simbólicos -lo que será luego el sujeto supuesto saber- punto donde podrá ubicarse una entrada en análisis.
La presentación de casos clínicos estuvo a cargo de Roxana Vega Alonso y Marcos Pelizzari con comentarios de Esteban Klainer y conversación fluida con el auditorio.

                                                                                                                         Marcos Pelizzari

No hay comentarios:

Publicar un comentario